En pleno s.XXI estamos viendo un cambio en el sector de las editoriales, entre otras muchas áreas de la cultura literaria. El avance de las nuevas tecnologías nos ofrece un gran número de posibilidades pero también trae quebraderos de cabeza a muchos respetables dinosaurios del sector. La clave está en adaptarse no solo a las nuevas tecnologías, sino a los cambios estacionales del sector en si.
Un ejemplo de compañía del sector editorial es Ediciones Albores, que fue rápida a la hora de adoptar alternativas al libro de papel. Sigue existiendo una mayoría que prefiere este formato pero hay muchos otros que prefieren consumir literatura en las pantallas de sus tablets, smartphones o libros electrónicos.
En esta ocasión vamos a centrarnos en la figura del autor de libros de esta década. Si bien hasta ahora los autores afamados no tendrían problema en estar a la última en cuanto a diferentes sistemas de publicación, se planteaba la idea de que los autores noveles podrían jugar con una desventaja aún mayor que la que sufren por la fama de los primeros. Pues bien, las nuevas tecnologías facilitan a estos autores disponer de las herramientas necesarias para competir con los escritores más afamados. Sin duda, habiendo cubierto la parte más técnica, faltaba el sistema de medios para publicar.
Ediciones Albores se dio cuenta del paradigma de la editorial de cara al escritor novel. Es por esto que tuvo la valentía de pensar una estrategia en la que se trataría por igual a todos los autores, independientemente de su trayectoria. El planteamiento surtió efecto y hoy en día podemos afirmar que son cada vez más los valientes que se atreven a publicar un libro, sin miedo a nada.
El cambio está patente en el sector editorial y son muchas las compañías que se han dado cuenta de que deben seguir esta estela de trato justo y respeto universal. Al fin y al cabo, la adaptación al medio no es algo nuevo.